lunes, 6 de octubre de 2008

EL CHILE

El género Capsicum comprende varias especies de plantas, emparentadas con el tomate, originarias de América; su fruto también se denomina ají, chile o chili, pimiento ó guindilla. La planta forma normalmente un arbusto de hasta metro y medio de altura. Las flores son blancas en su mayoría. El fruto varía de color, tamaño y forma, hueco en el interior con 2 ó 4 divisiones que contienen las semillas. El fruto maduro tiene coloraciones desde el blanco y amarillo, pasando por anaranjado, rojo ó morado intenso. En general se pueden clasificar en frutos largos (Capsicum anuum) y en pequeños(Capsicum mínimum). Contienen 74.3% de agua, 2.3% de proteínas y 15.8% de carbohidratos, además vitamina c y minerales.
Cuando los europeos llegaron a la tierra que más tarde sería llamada América producían chile y vainilla en abundancia, el chile, a diferencia de otras plantas comestibles el jitomate o la papa, tuvo una rápida difusión mundial luego de su llegada a España. Las plantas de capsicum americanas se conocieron en la Península Ibérica al retorno del primer viaje de Colón, en 1493. La nueva especia se aclimató con rapidez y pronto se difundió por toda Europa y el Oriente. A través de dos rutas principales de diseminación, el chile llegó a los otros continentes. Una, por el Pacífico desde Acapulco; y otra por el Atlántico: de América a España y de ahí al resto de Europa. Pero fueron sobre todo los turcos quienes contribuyeron a la expansión de la planta del chile, llamado igualmente "pimienta turca", fue difundido en las vastos territorios del Viejo Mundo. Se sabe que a mediados del siglo XVI se cultivaban plantas de chile en Italia, Alemania e Inglaterra y que en Moravia había sembradíos de chile a finales de esa centuria. La cuenca del Mediterráneo, en sus vertientes europea, africana y asiática, fue también tierra fértil para la irradiación del chile. Los marineros griegos que recorrían el Mare Nostrum pronto entraron en contacto con la nueva especia, a la que dieron el nombre de peper o pipeti, siempre relacionándola con la pimienta, y la esparcieron hacia todos los puntos que tocaban. El chile se dio tan bien en estas nuevas tierras y el gusto de su fruto se aclimató tan bien a los paladares autóctonos, que pronto se olvidó el origen americano de la planta. A tal grado, que en muchos sitios de Africa y de la India se creía que el chile era originario de esas regiones.

El chile regresó al continente americano, del que nunca se había alejado, en el siglo XVII, cuando los primeros colonizadores ingleses arribaron a las costas de la Nueva Inglaterra con grandes baúles conteniendo plantas y frutos, entre los que venían algunos chiles. Con el tiempo la especia viajera, dulcificada, se adaptó también a las tierras americanas del Norte, y ha llegado a formar parte de la cultura culinaria de algunas regiones estadounidenses, donde se llama chili a una preparación generalmente poco picante, como el "chili con carne" o el "Cincinatti chili", inventado, como nos recuerda Fernando del Paso, por un refugiado búlgaro nativo de Macedonia.Sin embargo el uso de chiles picantes perdura en los platillos de la cocina criolla cajun, implantada por los inmigrantes franceses en Louisiana, en los siglos XVII y XVIII y que continúa siendo muy popular, o en algunas especialidades culinarias de Texas, California y Nuevo México, sitios donde, además, la cocina de origen mexicano, devota del chile, conoce una rápida expansión.